También puede ser que al daltónico le hayan puesto un haz de luz y crea poder ya ver correctamente, y no es más que un deslumbramiento que tampoco se corresponde con la realidad. Quién lo sabe. Puede que no haya que darle más vueltas... o si... muchas veces no hay más ciego que el que no quiere ver...
A las 18/4/06 7:36 p. m., Beaumont
A las 18/4/06 8:31 p. m., mizerable
Todo depende de las circunstancias y del contexto. Lo que hoy te parece decepcionante mañana con tres copas te parece extraordinario. Lo que hoy te parece desesperante, mañana te parece un reto y hasta un juego.
Lo fácil se vuelve aburrido. Lo previsible se vuelve aburrido. Joder... me estoy volviendo aburrido.
PD: siempre está el recurso de arrancarse los ojos. A situaciones extremas, soluciones radicales.
Si me lo permites, si te arrancas lo ojos, no los tires, que aunque no te sirvan para ver, eran muy chulos y decorativos.
PD:PD: Me gustan más los posts estilo al de ayer, estos me obligan a salir y a escribir. ;)
A las 19/4/06 7:27 a. m., Carolina
"Las apariencias engañan" muy cierto, me encanta esta frase...
Me ha enseñado bastante, tanto es así que ahora, con cada cosa dudosa o desconocida trato de dejar un hueco, pensando que más adelante le puedo encontrar una mejor explicación.
"no hay más ciego que el que no quiere ver..." otra de mis frases favoritas...
Y eso del daltónico me recuerda mucho a algo, la alegoría de las cavernas quizá?
Saludos, y me gusta tu blog!
A las 20/4/06 1:00 p. m., Miada
Eso nos pasa muchas veces. Te piensas que algo o alguien es de una forma y luego resulta que es de otra. También puede ser la propia ceguera, la cual te impide ver lo evidente y luego te decepcionas. Paciencia mm, que a veces la saturación se convierte en la propia ceguera